La frente abultada, la cabeza cuadrada y los ojos inyectados en sangre. Así es como pintaríamos todos a Frankenstein, el mostruo creado por Mary Shelley en 1918. Y es que esa fue la imagen que lució el actor británico conocido como Boris Karloff en la primera película en la que se metió en la piel de este personaje, y que ha sido copiada hasta la saciedad en sus apariciones posteriores.
Para conmemorar este aniversario, 80 artistas estadounidenses han repensado el personaje a partir de un busto con la imagen original de Karloff, que serán vendidos en la página web del proyecto desde 200 hasta 1500 dólares. Lo recaudado será destinado al Hospital de Niños St. Jude en EE.UU. especializado en oncología infantil e investigación de enfermedades inmunológicas.
El autor de este busto color de rosa es Michael Burnett, especialista en maquillaje para cine y televisión con 20 años de experiencia y dos nominaciones a los premios Emy.
Split personality es el nombre que Ray Keim, su autor, ha puesto a este busto forrado con un papel de periodico muy especial. Kleim es un diseñador experto en el medio digital que trabaja a menudo para parques temáticos y el cine.
Chilling Calamity (Desastre escalofriante) representa esta icónica imagen con forma de helado de chocolate deshaciéndose. Su autora es la diseñadora gráfica Misty Cametti.
Acostumbrado a las campañas publicitarias, Scott Bur ha maqueado a Frankenstein como si se tratara de un rapero al estilo newyorkino. De hecho, a esta obra le ha puesto un nombre de lo más acorde, D.G.H.
The grateful undead es el título de esta propuesta de Mark Godby que
convierte al monstruo de Mery Shelley en un activista del mayo del 68.
La novela original respondía al título Frankenstein o el moderno Prometeo. De ahí el título de esta propuesa, PROMETHEUS 2076, que pretende hacer una revisión de futuro del artista y escultor Brendan McWilliams.
El diseñador de parques temáticos Kim Gromoll propone reconvertir la imagen de Frankenstein en una especie de colina hollywodiense terrorifica.
Half Life muestra un busto con el
cuello abierto y una laringe a modo de tubería. Ha sido creado por
Brett Lieffers, un diseñador acostumbrado al cine de ciencia ficción.
FRANKENAYTOR es el nombre que
Thomas Sessions ha dado a su propuesta
al más puro estilo Steampunk.