Muchos de los 350 millones de personas que sufren depresión en el mundo no reconocen su enfermedad ni buscan tratamiento. Pero quizá la llegada de las nuevas tecnologías abre un nuevo camino al modo de procesar las emociones, aportando recursos hasta hoy desconocidos. De los 56.000 millones de descargas en contenidos para móviles que se realizarán este año, según la firma de análisis ABI Research, empiezan a cobrar protagonismo las cada vez más numerosas aplicaciones dirigidas a la mejora de nuestra salud mental.
Por ejemplo, en Estados Unidos sorprende el desarrollo de MoodKit, una app que se propone ayudar a combatir la depresión. Ya hay estudios clínicos que avalan su utilidad, con resultados que lo equiparan al consumo de Prozac, pero sin efectos secundarios. Sus inventores, los psicólogos norteamericanos Edrick Dorian y Drew Erhardt, están convencidos de sus posibilidades y la utilizan en terapia.
Tal como señala la última encuesta de Apigee, plataforma para empresas y desarrolladores de apps, hoy ya tenemos claro que el 85% de los propietarios de un smartphone dejarían de beber agua antes que prescindir de aplicaciones como el correo electrónico y las redes sociales. Su utilidad las han convertido en imprescindibles. ¿Pero ocurrirá lo mismo con las apps que prometen mejorar nuestro estado de ánimo? Para el psicólogo Enrique García Huete: “Habría que empezar a tenerlas en cuenta si se las dota de la fiabilidad de los métodos científicos”.
Más vocabulario emocional
En esa línea se encuentra la aplicación ¿Cómo estás hoy? Desarrollada por Irene Mollá y Jesús Medieta, del Gabinete de Psicología MyM, pretende ampliar el vocabulario emocional de las personas. “También nos interesa que nuestra aplicación la utilicen tanto niños como adolescentes. En el colegio no les enseñan a ampliar su vocabulario emocional, y ellos necesitan expresar lo que sienten”, señala Irene Mollá. Ambos psicólogos creen incluso que ¿Cómo estás hoy? puede ser útil en psiquiatría “para la detección y seguimiento de cuadros de ansiedad”.Pero esta aplicación no es la única creada por psicólogos. Ahora mismo se encuentra en fase de desarrollo otra herramienta que ya han reconocido con varios galardones.
Se llama Smartema, y con ella “trasladamos al formato digital el procedimiento de evaluación que hasta ahora se hacía al paciente en papel”, señala la psicóloga Laura Vivas, implicada en el proyecto junto con el también psicólogo Francisco Estupiñá, la ingeniera informática Silvia Tejera y Ana García La Roche, coordinadora. A diferencia de ¿Cómo estás hoy?, la aplicación Smartema se plantea para uso exclusivo entre psicólogo y paciente.
Pero no solo están surgiendo utilidades profesionales, la necesidad de conocernos a nosotros mismos también se ha convertido en algo lúdico, tal como plantean desde la empresa Movisol con la aplicación Cómo ser feliz. Tiene más de 260 valoraciones en la plataforma iTunes Store, y ha sido descargada más de medio millón de veces. Moda o no, el crecimiento de las apps está dando aire fresco a la psicología, una disciplina que todavía tiene mucho que decir sobre una pantalla.
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