Dicen que todo lo que no es homenaje es plagio. Bien… No vamos a afirmar que todas las películas de esta galería son un plagio. Pero si que todas ellas tienen al menos alguna escena calcada de otra o se haninspirado en argumentos ajenos.
Bienvenido Mr Marshall y El hijo de Rostro pálido
Pues si. Para su mítica película, Berlanga y Bardem se inspiraron en un filme mudo de Frank Capra rodado en 1927 y protagonizado por Harry Langdon, un cómico muy popular en el cine de aquella época. La película de Capra se ambientaba en una pequeña ciudad americana quer lleva años tratando de que les construyan una estación de ferrocarril. Pero nadie les hace caso. Los lugareños ven la oportunidad de hacer su sueño realidad cuando se enteran de que el hijo del propietario de la compañía ferroviaria va a pasar una noche allí. Y dado que el muchacho es un aficionado a las historias del oeste, deciden convertir su ciudad en un pueblo del Far West con tal de agradarle. Hay que señalar que aunque la idea es muy parecida a la del filme de Berlanga, la película española se desarrolla por unos derroteros que poco tienen que ver con la americana.
La verdad es que esta película rodada por Jaime Chavarri en 1982 lo tenía bastante complicado para que no la comparasen con la mítica El gatopardo. Y es que la novela de Llorenç Villalonga en la que se basa, titulada Bearn o La sala de las muñecas, ya fue considerada en el momento de su publciación como una copia de la obra literaria de Lampedusa que dio pie al filme de Visconti. Entre otras cosas, ambas tratan sobre el mismo tema: la decadencia de la aristocracia; la mallorquina en el caso de la novela española, y la siciliana en la del italiano. Lo curioso es que Chavarri lejos de rechazar esos paralelismos los acentuó en su versión cinematográfica de Bearn, copiando algunas de las escenas más memorables del filme de Visconti, en especial la del simbólico baile que recorre todos los salones de la mansión del protagonista.
El espontáneo y La naranja mecánica
En los años 60 surgió en España la llamada Escuela de Barcelona, formada por un grupo de cineastas (Vicente Aranda, Gonzalo Suárez…) que se caracterizaban por sus pretensiones vanguardistas. La excepción fue Jordi Grau que practicó un cine más pegado a la realidad y que realizó una carrera exelente filmando tanto películas de autor como cine de género. Uno de sus títulos más célebres es El espontáneo (1963), que trata sobre el periplo de un joven de origen humilde que lucha por ser torero. En un momento determinado, el protagonista se hace amigo de un grupo de gamberros que recorren la ciudad en un descapotable y con las cabezas cubiertas por bombines, buscando incautos a los que darles una paliza. No se a ustedes, pero a mi esto me recuerda muchísimo a los drugos de La naranja mecánica. Hay que tener en cuenta que El espontáneo fue una película de gran prestigio en su época y que se exhibió en festivales internacionales, así que no es descabellado pensar que Kubrick tuvo ocasión de verla y sacó de ahí la inspiración para caracterizar a Malcom McDowell & company.
La carreta fantasma y El resplandor
Stanley Kubrick again. En esta ocasión les muestro un plano de La carreta fantasma, una obra maestra del cine mudo dirigida en 1921 por el sueco Victor Sjöstrom. Mírenlo bien y no me digan que no estan viendo a Jack Nicholson asomando su cabeza de loco por la puerta semidestrozada del cuarto de baño en El resplandor.
La fortaleza escondida y Star Wars
Durante muchos años me cansé de leer que La guerra de las galaxias (1977) estaba inspirada en un filme de Akira Kurosawa, La fortaleza escondida (1958). Pues bien, una vez visto el filme japonés he de decir que los términos plagio o copia son absolutamente exagerados, ya que ambas películas se parecen como una mosca a un elefante. Lo que si es cierto es que George Lucas se inspiró en algo de la película de Kurosawa. Concretamente en dos personajes secundarios, dos bufones que acompañan a los protagonistas, uno alto y esbelto, y el otro bajito y rechoncho, que mantienen una cómica relación entre si. Ambos fueron el germen del que posteriormente surgieron R2D2 y C3PO.
Kimba, el león blanco y El rey león
Ni Disney se salva de las acusaciones de plagio. De hecho. una de sus películas más famosas, El rey león (1994) es una copia en muchos de sus pasajes de Kimba, el león blanco, un primitivo anime japonés del año 1950. Fíjense en los planos comparados y no me digan que el parecido entre ambas cintas es más que evidente. ¿Casualidad? Permítanme que lo dude.
El valle de la violencia y La vaquilla
Rafael Azcona o Luis G. berlanga con toda seguridad vieron este estupendo western de Andrew Víctor McLaglem rodado en 1965 y ambientado en la Guerra de Secesión americanaa. En un momento de la película, confederados y nordistas se encuentran frente a frente en el campo de batalla. Atrincherados en sus posiciones y dispuestos a lanzarse a bayoneta calada los unos contra los otros. Y en ese instante una inocente vaca cruza tranquilamente el campo de batalla. Los oficiales de ambos ejércitos mandan a un soldado de cada bando para que aparten al animal y así pueda empezar el combate. Finalmente se produce la masacre y los cadáveres de los soldados se funden con los restos del animal. Una escena muy similar a la que cierrra La vaquilla. Aquí tambien hay dos ejércitos, en este caso el franquista y el republicano, que envían cada uno a un soldado con dotes como torero para que se haga con la res que corretea alegremente por el campo de batalla. Y lo que comienza como una escena cómica acaba también en atroz matanza, y con el animal reducido a un puñado de huesos descarnados.
Yojimbo y por un puñado de dólares
De nuevo Kurosawa. Y en esta ocasión si que se puede utilizar el término plagio sin ningún reparo. Porque Sergio Leone copió una de las películas del director japonés, concretamente Yojimbo, el mercenario (1963), para hacer Por un puñado de dólares (1964). No es solo que el argumento de ambas cintas sea idéntico: las dos tratan sobre un mercenario que llega a un pueblo en el que dos bandas están enfrentadas por el control del mismo. Es que además el director italiano copió escenas de la película japonesa plano a plano. La verdad es que Leone esperaba que su película tuviera una carrera discreta y que nadie se diera cuenta. Pero, contra todo pronóstico, Por un puñado de dólares fue un éxito clamoroso y se estrenó en todo el mundo. incluido Japón. Y claro, cuando la vieron en el país nipón le pusieron una querella de agárrate y no te menees. Al final solucionó la papeleta cediéndole a Kurosawa todos los ingresos que su western recaudase en Japón. Hay que decir también que incluso a la hora de plagiar hay categorías y que, aunque Leone copió a Kurosawa, por extrañas paradojas del arte cinematográfico, supo hacer una película estupenda y con personalidad propia.