Cada europeo arroja a la basura seis toneladas de plástico al año, que no se reciclan.
Desde 1927, cuando empezó a tallarlos Gutzon Borglum, los rostros de los cuatro presidentes estadounidenses del monte Rushmore nunca se habían sometido a limpieza alguna. Técnicos de la firma alemana Kärcher lo hicieron gratis en 2013.
Vestidas con lo mínimo imprescindible, aunque con calentadores, dos jóvenes repasan el hielo durante un encuentro de hockey entre los equipos de Nueva York y Filadelfia. Su tarea mejora el deslizamiento en la superficie.
Voluntarios intentan deshacerse de miles de botellas que bloquean la presa Vacha Dam, que abastece de agua la cercana ciudad búlgara de Krichim.
Con una escoba de cerda gruesa, un limpiador quita la piel muerta de un elefante. La imagen es de 1950. Hoy, para limpiar a un elefante se utilizan hidrolimpiadoras.
Un marinero embellece el mascarón de proa del velero Cuauhtémoc, nombrado en honor del último gobernante de Tenochtitlan. Su nombre significa “águila que desciende”.
Durante la era soviética, una vez al año los ciudadanos donaban su tiempo para lavarle la cara a la ciudad. Hoy, ese trabajo lo hacen empleados municipales como este, que se sube a 70 metros de altura para despojar de restos ajenos el rostro del héroe nacional Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio.
Para limpiar las famosas letras de Hollywood sobre la ciudad de Los Ángeles, los operarios recurren a plataformas especiales. Cada letra mide 15 metros y se tarda una semana en su puesta a punto.
El Aquadom, en Berlín, es el acuario cilíndrico de mayor tamaño. Mide 25 metros y contiene más de un millón de litros de agua. Todos los días, entre las 11:00 y las 13:00 h, se puede ver cómo cuatro buzos lo limpian.
A casi 300 metros de altura, en la Torre Tomorrow, en Shanghái, dos operarios se afanan en limpiar sus más de 100.000 metros cuadrados de cristal, una tarea que les ocupa durante una semana completa.
Un empleado del Zoo de Himeji, Japón, limpia la boca de Kiboko, el hipopótamo, algo que se hace anualmente y que parece no disgustar precisamente a este mamífero semiacuático.