Las marionetas más sorprendentes del mundo

Aquí solo vemos dos. Pero fueron trece los títeres con forma de elefantes que desfilaron en el acto de clausura del Mundial de Sudáfrica en 2010. Cuarenta personas fueron necesarias para manejar estas figuras de tamaño natural.

Así se llamaba este colosal bebé de seis metros. Su madre fue isabel Coixet, quién lo concibió como símbolo del pabellón español en la Expo de Shanghái de 2010. Este animatronic pretendía simbolizar nuestras futuras generaciones.

Bhaktapur, conocida como ‘La ciudad de los devotos’, es uno de los centros religiosos de Nepal. Y los títeres se venden en sus mercados representan a personajes de la mitología india.

En Japón, el teatro de títeres recibe el nombre genérico de bunraku. Cada muñeco es manipulado por dos o tres personas, y en ocasiones los marionetistas están a la vista del público.

Con sus ocho tentáculos, este pulpo articulado sería el rey de las pistas de las discotecas del mundo. De momento, se limita a servir de distracción durante las actuaciones del pinchadiscos estadounidense Kaskade.

Un gigante de paja rinde pleitesía a la cantante Kimbra durante una actuación en París, en 2014. La figura, que incluso caminaba, era manejada por seis operarios que dirigían sus movimientos con cables elástico.

Fue necesaria una grúa para poder mover los hilos dxe esta figura: un buzo gigante de diez metros de altura. Se trataba de uno de los personajes de 20.000 leguas de viaje submarino, exhibido en Nantes como homenaje a Julio Verne.

Praga está considerada la capital mundial de las marionetas. Allí se congrega el mayor número de artesanos que siguen fabricándolas manualmente, ya sea con yeso o madera.