El hallazgo de una copia de The day clown cried, el filme perdido de Jerry Lewis, es una gran noticia para los cinéfilos. La cinta se encuentra ahora en la Librería del Congreso de los Estados Unidos, donde será restaurada de cara a su próximo estreno. Con motivo de esta noticia, repasamos algunas de las películas más célebres jamas estrenadas. Algunas se perdieron irremediablemente y, otras, jamás llegaron a acabarse.
El día en que el payaso lloró (1970)
Por fin ha aparecido esta cinta tan buscada. Jerry Lewis dirigió y protagonizó este drama sobre un payaso cautivo en Auschwitz que tiene la ingrata tarea de tratar de provocar la última sonrisa a los niños que van camino de las cámaras de gas. El filme les resultó tan deprimente a los directivos de la United Artist que en su momento no lo quisieron estrenar y la cinta dormitó durante varios años en los almacenes de la productora donde se fue deteriorando de forma irreparable.
O eso se creía. Porque hoy nos hemos desayunado con la noticia de que ha aparecido una copa de esta película en buen estado. La cinta va a ser restaurada y exhibida en un futuro próximo.
Por cierto, hay que decir que la idea argumental sirvió de base de inspiración a Roberto Benigni para realizar La vida es bella.
Mata-Hari (1963-?)
David Carradine era un tipo extraño. Como actor se le recuerda sobre todo por su papel en la serie Kung Fu. Pero en su filmografía destacan también películas tan magníficas como Forajidos de leyenda o Esta tierra es mi tierra, donde interpretaba (y muy bien) al cantante Woody Guthrie.
Pero el proyecto más extravagante de su carrera fue dirigir una biografia de la mítica espía Mata-Hari protagonizada por su hija Calixta Carradine y rodada en tiempo real, es decir, conforme la chica iba creciendo.
Comenzó a rodar en 1963, cuando su hija era una adolescente, siguió en los setenta, en los ochenta, en los 90… pero la película quedó sin acabar. Em 2009 David apareció muerto en un hotel de Bangkog. Sus allegados han intentado poner en orden todo el material que rodó sobre la película de Mata-Hari, pero dado que faltan partes esenciales (como el fusilamiento), y conscientes de que a él le habría gustado filmarlas personalmente, han preferido no terminar la película y dejarla inconclusa.
Fear and desire (1953)
Damas y camalleros… Les presentamos la opera primera de Stanley Kubrick. Un filme bélico en blanco y negro sobre seis soldados perdidos tras las líneas enemigas, en una guerra ficticia y en un pais sin especificar.
Al cineasta nunca le gustó esta película, hasta el punto de que, aunque en su momento se estrenó comercialmente (sin demasiado éxito, todo hay que decirlo), años después ordenó destruir todas las copias existentes.
Afortunadamente, se conservaban tres copias en el Smithsoniam Museum de Washington. Y aunque la viuda del director siempre se negó a que se exhibieran, en 2013 dió su brazo a torcer y eprmitió que el filme fuera reestrenado y editado en DVD.
El viaje de G. Mastorna (1965)
El fallido intento de colaboración entre el gran Federico Fellini y el no menos grande novelista Dino Buzzati, autor de esa magnífica novela titulada El desierto de los tártaros.
El filme iba a ser una historia fantástica sobre un artista de variedades, Gabrielle Mastorna, que vive una serie de aventuras fabulosas. La película tenía que arrancar de forma alucinante, con un avión aterrizando forzosamente ante la mismísima catedral de Milán.
Fellini trató de rodarlo por primera vez en los años sesenta con Marcello Mastroianni como protagonista, y posteriormente en los 80 con Renato Pozzeto pero, en ambos casos, el proyecto se truncó. Al menos podemos contentarnos con la ilustración en cómic que en los 90 Milo Manara hizo del guión. Menos es nada.
Yo, Claudio (1947)
Bien, esta lo tenía todo para ser una obra maestra. El novelón de Robert Graves. Dirigida por el gran Joseff Von Stemberg, que ya había firmado un puñado de obras maestras de la talla de El ángel azul o Marruecos. Y encima, un monstruo sagrado de la escena como Charles Laughton encarnando el papel de Claudio.
Completaban el reparto Merle Oberon en el papel de Mesalina, la venerable Flora Robson como la emperatriz Agripina y (agárrense) un jovencísimo Dirk Bogarde como Calígula. Pero los hados no fueron favorables a esta producción.
El mal rollo se instaló en el estudio desde el primer día de rodaje y todos se llevaban mal con todos. Tan tensa era la situación que, aprovechando que el rodaje sufrió un parón debido a que Miss Oberon sufrió un accidente de tráfico que obligó a hospitalizarla, Stemberg, abandonó la filmación para no regresar jamás. Se barajó contratar a otro dirtector. Pero laughton se negó en redondo. O Stemgberg o nadie. Así que… Yo claudio murió antes de llegar a nacer.
Kaleidoscope (1969)
Alfred Hitchcock quedó realmente conmocionado tras ver Blow Up (1968) de Michelangelo Antonioni. «Estos directores italianos están técnicamente muy por encima de mi», llegó a escribirle a su gran amigo Luis Buñuel en una carta. Dicha afirmación es realmente discutible, pero él sinceramente lo creía así y por eso se embarcó en un proyecto en el que recreaba muchas de las claves estétivas de las película de Antonioni.
Kaleidoscope trataba sobre las andanzas de un sádico sexual dominado por una madre castradora y posesiva (algo que por otra parte era una constante temática en el cine de Hitchcock) y contenía por primera vez imagénes de desnudos y violencia sexual en el cine del autor de Vértigo. Era demás, como Blow Up, una película de colores chillones y plagada de zooms.
Pero conforme avanzaba en su rodaje, Hitchcok se fue desencantando con el proyecto. No se sentía cómodo y finálmente tiró la toalla y volvió a su esitlo habitual. Solo llegó a rodar veinte minutos de esta película que nunca han sido exhibidos al público, aunque alguna de las ideas que formaban parte del guión de dicho filme se utilizaron en uno de sus trabajos posteriores, Frenesí (1972).
The deep (1970)
La carrera de Orson Welles está repleta de obras inacabadas como el Don Quijote. Pero yo tengo especial curiosidad por saber como habría sido esta película. Su trama se ambientaba en alta mar. Un matrimonio acomodado que da la vuelta al mundo en un yate (el propio Welles y la bella Jeanne Moreau) recoge al superviviente de un naufragio (el inquietante Laurence Harvey), que acaba revelándose como un y peligroso psicópata.
Welles pretendía realizar con esta película un auténtico ejercicio de suspense en la línea de Psicosis y parece ser que llegó a filmar casi la mitad del largometraje aunque problemas de financiación truncaron el proyecto. En 1988, el australiano Phillip Noyce recuperó el guión y filmó la película completa con Sam Neill, Nicole Kidman y Billy Zane en los papeles protagonistas. En nuestro país se tituló Calma total.