No se trata de una ilusión. Ni siquiera es una manipulación digital. Es luz, simplemente luz que el fotógrafo Richard Mosse logra «domesticar» gracias a carretes especiales (y ya no disponibles) llamados Kodak Aerochrome que muchas agencias militares utilizaban paratareas de vigilancia y espionaje. Esta película infrarroja cambia los verdes por matices rosas, lavandas y escarlatas, por lo que la selva parece sangrar. No es extraño: las imágenes de Mosse son del Congo, un país en constante conflicto bélico y forman parte de su libro Infra: Photographs.
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