La comunidad que forman Las Hermanas del Valle está asentada en el área de La Merced, en una de las zonas más soleadas de California. Las mujeres que la integran se autoproclaman monjas y, en una primera impresión, lo parecen, ya que todas llevan hábito. Pero si uno se fija más detalladamente, se da cuenta de dos cosas que realmente extrañan: una, que su hábito no se parece en nada al que comúnmente usan las órdenes religiosas. Y, dos, que esta orden sobreviven cultivando marihuana. Vamos, que mientras las monjas de Tordesillas hacen dulces, estas plantan cannabis.
Lo que ocurre realmente es que las hermanas no pertenecen a ninguna orden religiosa oficial. Son, por llamarlo de alguna manerta, «monjas vocacionales». De hecho, ese atuendo y esa denominación es la forma que han elegido estas mujeres para luchar contra una sociedad que consideran absurda.
Tal y como explica una de sus fundadoras, que se hace llamar Hermana Kate, la peculiar orden se formó a raíz de las protestas del movimiento OccupyWall Street: «Fue en el momento en el que el Senado aprobó una medida para catalogar la pizza como alimento vegetal. Me indigné tanto que me dije, si la pizza es un vegetal, yo soy una monja». Y dicho y hecho.
Efectivamente, se aprobó una normativa que admitía que el valor nutricional de la pizza era simliar al de cierta cantidad de vegetales, debido a la cantidad de tomate que contenía su salsa. Hecho controvertido (y puede que absurdo) al que Kate respondió poniéndose un habito y yéndose a vivir California, donde fundó esta comunidad a la que poco a poco se fueron uniendo más mujeres.
Oficialmente, no son religiosas. Pero si son creyentes, y realizan numerosos actos que tienen como fin invocar y dar gracias a Dios (así, en abstracto, sin referirse a ningún dios concreto). Pero lo que las hecho mundialmente famosas es que cultivan cannabis y venden productos medicinales derivados de esta planta. Las hermanas creen en un ser superior pero, más aún, creen firmemente en el poder curativo (o, almenos, paliativo) de la marihuana. Por eso, consdieran que su labor no tiene nada que ver con narcotráfico tradicional y si mucho con el alturismo.
El problema, es que California esta planteándose cambiar su elgislación y hacer que la marihuana sea ilegal. Lo que si haría estas hermanas pasaran a convertirse en las primeras monjas narcotraficantes de la historia.
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