Se pueden hacer muchas cosas con un coche que ya no sirve para circular. Algunas cívicas, como llevarlo al chatarrero, y otras incívicas, especialmente abandonarlo en cualquier descampado. Pero el artista y diseñador Benedetto Bufalino tiene ideas más creativas al respecto. La que nos ha parecido más original, consiste en transformar el vehículo en una mesa de ping pong.
Pero también ha optado por convertirlo en un jazcuzzi o en un corral de gallinas. La gracia de esto último es que los pollos viven en un coche de policía, y Bufalino tiene su estudio en Francia, donde a los polis les llaman flics (gallinas).
Imágenes: Cortesía Benedetto Bufalino.
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