Tan solo en el primer día de la batalla, los británicos tuvieron casi veinte mil bajas mortales, lo que da una idea de la magnitud de esta terrible ofensiva. El 1 de julio de 1916, tropas británicas y francesas atacaron a los alemanas, con la intención de crear un segundo frente e impedir que enviaran refuerzos a Verdún, donde se estaba librando la que se consideraba la batalla «principal» y más importante.
Paradójicamente, la ofensiva del Somme acabó siendo más sangrienta que la de Verdún. los combates se alargaron hasta el mes de noviembre, y en total los aliados sufrieron casi 147 mil muertos, y los alemanes unos 164 mil. Fue además una de las primeras batallas donde se probaron armas revolucionarias como los tanques y los lanzallamas.
La victoria final fue para los aliados y dejó a los germanos tan tocados, que ya no fueron capaces de organizar una nueva ofensiva a de gran alcance en toda la contienda.
Decenas de miles de bajas
Cadáveres en el campo de batalla. Los combates se saldaron con casi trescientos mil muertos por ambos bandos.
Esta fue una de las primeras batallas en las que participaron tanques. Aquí vemos los restos de un carro de combate británico.
Descanso en medio del caos
Un soldado británico aprovechando un alto el fuego para echar una pequeña siesta.
Soldados británicos manejando una ametralladora Vickers y protegiéndose con máscaras antigas.
Soldados alemanes intentando tender una línea de teleéfono para conectar con sus unidades.
Soldados británicos escoltando a un grupo de prisioneros alemanes.
La misma situación a la inversa
Ahora, los británicos son los cautivos.
Uno de los primitivos tanques británicos.
Fusileros escoceses animándose con el sonido de una de sus gaitas.
Soldados escoceses cargando contra la sposiciones del enemigo.
Atendiendo a los heridos.
Soldados británicos reponiendo fuerzas en las trincheras.
Británicos y franceses combatiendo hombro con hombro.
Soldados franceses manejando un lanzallamas.