La localidad de Carmarthen, en el territorio de la actual Gales, ha sido el lugar donde se ha realizado un curioso hallazgo arqueológico.

Un pescador local encontró, enredadas en sus redes, una antigua espada debronce y hueso, bastante bien conservada, pese a estar cubierta de óxido.

Se da el caso de que Carmarthen es un lugar estrechamente vinculado a las leyendas artúricas. Se cuenta que fue allí donde nació el mago Merlin, y que es también el sitio donde fue enterrado el cadáver del rey Arturo.

Eso ha provocado que la imaginación de muchos se dispare, y se pregunten si la espada encontrada no será la legendaria Excalibur que, según las leyendas, fue arrojada al mar por Arturo antes de morir.

Pero no parece muy probable que esa posibilidad sea cierta. Los primeros análisis revelan que se trata de un arma de fabricación oriental, muy parecida al kris que usaban los piratas malayos. Además, pese a ser antigua, no parece que lo sea tanto como para ser contemporánea a la leyenda artúrica.

En definitiva, que en lugar de la espada de Arturo, parece que han encontrado la de Sandokan.

Sea como sea, en esta galería os mostramos algunas de las espadas más famosas de todos los tiempos.

La espada de William Wallace

El legendario héroe escocés empuñaba un arma que pesaba unos cinco kilos, y se manejaba con las dos manos. Se conserva una réplica de la misma en el lugar donde se libró la batalla de Stirling.

La katana del general Yamashita

Tomoyuki Yamashita fue el militar japonés que derrotó a los aliados en Sngapur, Malasia y Filipinas. Al término d ela guerra fue condenado a muerte por las atrocidades cometidas durante la contienda.

Yamashita usaba una espada fabricada por Kanenaga Fujiwara, el armero más legendario del Japón, en 1680. Tras surendición se la entregó al general MacArthur y, actualmente, se conserva en el museo de West Point.

La Vainqueur de Napoleón

La vencedora, así se llamaba la espada que el emperador francés llevó en dos de sus mayores victorias, Austerlitz y Marengo.

 

La Tizona del Cid

Según la tradición, esta fue junto a la Colada, una de las dos espadas del Cid Campeador. El Cantar del mío Cid, cuenta que originalmente perteneció al rey Bucar de Marruecos, pero que el héroe castellano se la arrebató tras la conquista de Valencia.

 

Lo cierto es que no existe ninguna evidencia histórica de que existiera una espada llamada así. de hecho, actualmente se conservan varias armas que dicen ser la del Cid. Una de ellas, la de la foto, que se exhibe en Burgos.

 

 

El sable del general San Martí

 Junto con Simón Bolivar, José de San Martín está considerado uno de los dos libertadores de América del Sur. Por eso, el sable curvo que adquirió en Londres y que usó durante sus campañas, se conserva en Argentina como una auténtica reliquia.