No es normal encontrar un espectador que se fije en los dientes de los protagonistas de las películas. Y menos aún que desarrolle toda una profesión basada en ellos. Por eso el trabajo de Gary Archer, quien ha trabajado haciendo algunos de los dientes más célebres del cine moderno, es especial. Y nadie, o muy pocas personas, hace dentaduras tan bien cómo él. El especialista ha compartido los secretos de su arte con la web Little White Lies.
La carrera en Hollywood del inglés Gary Archer comenzó a despegar con un extraño encargo. ¿Podía fabricar una dentadura que se cayera de la boca de un hombre y acabara en un vaso? Era lo que buscaban los encargados de los efectos especiales de Señora Doubtfire, protagonizada por Robin Williams. Archer se lo dio, y desde entonces no ha parado.
“Quiero dientes malos británicos de los 60”. Con semejantes palabras, Mike Myers solicitó los servicios de Archer para vestir la boca de Austin Powers. El legendario personaje de comedia permitirá que el mito de que los ingleses tienen dentaduras incorregibles perviva en la red hasta el fin de nuestra civilización. Aunque quizá no sea ningún mito. “Modelé a Austin Powers a partir de dos o tres personas con los que solía beber en este bar”, explica en la entrevista.
El equipo de James Franco no estaba para gastar 2.000 dólares en oro para adornar la dentadura de Harmony Korine en la película Viviendo al límite. En cine suele emplearse oro de verdad, pero en este caso Archer empleó una aleación de color amarillo conocida como NPG. Bien tratada, es difícil de distinguir del oro auténtico. Y el tratamiento del inglés fue ejemplar, lo que demuestra que su talento es un tesoro en sí mismo.
“Hacer colmillos no es muy distinto a hacer dientes normales”, explica Archer. Solo que el actor tiene que poder hablar y aguantar la prótesis en su boca durante intensos días de rodaje. La clave está en manejar muy bien las herramientas que se emplean para hacer las prótesis que usan los dentistas. Solo así pueden hacer unos colmillos a medida tan realistas como los que Weswey Snipes luce en Blade, y que los aguante durante toda la saga.
Los dientes falsos no son para la vida real. Pero uno puede olvidarse de este detalle cuando se los hace Gary Archer. Es lo que le pasó al gran Anthony Hopkins durante el rodaje de Nixon. La dentadura le sentaba tan bien que se olvidaba de que la llevaba puesta, e incluso comía con ella. Estaba tan bien hecha que no necesitaba ni mostrarla par aque el espectador supiera el tipo de dentadura que había bajo los labios.