Ciertos edulcorantes artificiales pueden hacer que bacterias intestinales sanas enfermen e invadan la pared intestinal, lo que podría provocar graves problemas de salud
El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de conseguir la patente para utilizar una bacteria en terapias contra la depresión. La bacteria se llama Christensenella minuta y vive en el intestino de todos los humanos, en mayor o menor medida.