Investigadores de la Universidad de Korea en Seul han transmitido datos a una velocidad de 10 megabits por segundo a través del brazo de una persona, entre dos electrodos situados en la piel a una distancia de 30 centímetros. Los resultados aparecen en Journal of Micromechanics and Microengineering.
Según sus responsables, la delgadez y flexibilidad de los electrodos requiere un uso de energía considerablemente menor que un enlace inalámbrico convencional, como Bluetooth. Las ondas electromagnéticas de baja frecuencia pasan a través de la piel con poca atenuación, una ruta que también los protege de las interferencias exteriores.
Por el momento es un prototipo, pero los investigadores coreanos están trabajando con un gran fabricante de productos electrónicos para desarrollar redes de vigilancia de la salud utilizando estos electrodos. Uno de los miembros del equipo, Sang-Hoon Lee, asegura que las futuras versiones podrían incluso ser incrustadas debajo de la piel para aplicaciones de monitoreo a largo plazo, tales como un electrocardiograma o electroencefalograma.
Redacción QUO