La tuberculosis es una enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Si bien se trata de una afección curable y que se puede prevenir, cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 10,4 millones de personas enferman de tuberculosis y más de 1,5 millones mueren.
España figura entre los países europeos que más casos notifica. Los últimos datos disponibles registraron 4.191 casos con una tasa de incidencia de 9 pacientes por cada 100.000 habitantes. Es cierto que se trata de una incidencia media/baja, pero es una de las más altas de la Unión Europea. Y uno de los problemas es que una persona con tuberculosis (TB) puede infectar a entre 10 y 15 personas más a lo largo de un año. Los expertos coinciden en que factores como el turismo y la globalización han hecho que esta enfermedad vuelva a resurgir en países donde ya estaba totalmente erradicada.
A ello hay que sumarle que su tratamiento puede alargarse hasta dos años .
En este contexto, la iniciativa Fin a la TB de la OMS, que busca reducir un 95% las muertes provocadas por esta enfermedad, necesita toda ayuda posible. Y una de ellas ha llegado de la mano de
Cambridge Consultants, una empresa tecnológica que ha desarrollado BacillAi, un teléfono inteligente que utiliza Inteligencia Artificial (IA) para mejorar el análisis del tratamiento de la tuberculosis en países con recursos limitados. El dispositivo captura las imágenes del laboratorio y las analiza utilizando un algoritmo de aprendizaje profundo (deep learning) para identificar, contar y clasificar células de tuberculosis, a fin de determinar el estado de la enfermedad del paciente y el tratamiento adecuado para cada caso. La TB se controla tomando una muestra de saliva y contando las células bajo un microscopio. En países de bajos recursos, esto es muy difícil: hay poco personal calificado y el trabajo se lleva a cabo en condiciones complejas. Si a esto se le suma que se pueden llegar a analizar 10 o más pacientes por día, la fatiga visual para los médicos y los resultados lentos y de baja calidad para los pacientes son la consecuencia.
El smartphone BacillAi utiliza la inteligencia artificial para analizar imágenes (aunque tengan mala calidad o bajo contraste) y compararla con una base de datos, provista por NetApp ONTAP AI. Esta base, también dotada de IA, proporciona un almacenamiento a escala de petabytes (PB)…lo cual es mucho: un PB de información equivale a ver 24 horas seguidas de vídeos Full HD… durante tres años.
Todo el sistema (el móvil y el almacenamiento) funciona en red para identificar, contar y clasificar las células de TB, a fin de determinar el estado de la enfermedad del paciente. Los resultados los recibe el médico a través de una aplicación específica. Así se consigue una mayor consistencia, un mayor rendimiento y la digitalización automática de los resultados al tiempo que se eliminan los errores humanos.