La tecnología GPS depende de las señales de satélite, y por tanto es fácil perder el contacto cuando entramos en un tunel. Pero el GPS no es el último grito en navegación.
Investigadores israelíes han creado diminutos giroscopios ópticos del tamaño de un grano de arena que podrían resolver el problema. Los giroscopios ópticos siguen el rastro sin necesidad de puntos externos de referencia.
Redacción QUO
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