El investigador estadounidense de origen iraní Lofti Zadeh ha sido galardonado con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2012 en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El principal logro profesional de Zadeh, de 91 años, ha sido el desarrollo de la lógica difusa, una metodología que ha permitido a las máquinas funcionar con los criterios imprecisos y matizados con los que pensamos los humanos. Gracias a ello, por ejemplo, las lavadoras pueden modular su funcionamiento según la cantidad de ropa y el grado de suciedad de la misma y los trenes son capaces de dosificar la fuerza en la frenada. Y lo consiguen con un importante ahorro en el material y los procedimientos respecto a otros métodos tecnológicos.
El jurado de esta quinta edición del premio, presidido por George Gottlob, catedrático del departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Oxford, destaca en su acta que Zadeh es “el creador de un nuevo campo de investigación que ha resultado de una gran utilidad en numerosas áreas de aplicación”, ya que el control difuso “es hoy en día un componente esencial de una amplia gama de productos de consumo, desde cámaras de vídeo y lavadoras hasta instrumentos médicos, así como en sistemas tan complejos como trenes automáticos, plantas de tratamiento de residuos y el control inteligente de motores de coche”. No en vano la lógica difusa ha dado origen a más de 50.000 patentes sólo en Japón y Estados Unidos.
Su trabajo más significativo fue la publicación en 1965 de la descripción de los conjuntos difusos. A diferencia de los definidos por la lógica clásica, que dan cabida a los números pares, los países de África o las obras de Cervantes, un conjunto difuso puede admitir elementos seleccionados con más de un criterio. Por ejemplo, el conjunto de jugadores de baloncesto no incluiría sólo a los que superen el 1,85 de estatura. Si alguien con 1,84 tiene una puntería excepcionalmente buena, la lógica difusa lo admitiría en el grupo.
Estos conceptos fueron recibidos en un principio con bastante escepticismo en el mundo occidental. Según explica el propio Zadeh, el calificativo “difuso”, que él consideraba perfecto para definir sus ideas, “tiene una connotación peyorativa en inglés y resultó ser una rémora para que la teoría fuese aceptada. En Asia, sin embargo, difuso no es peyorativo, así que acogieron mejor mi trabajo, porque ellos no tienen la visión occidental –cartesiana- que limita todo a blanco o negro”. Como consecuencia, el metro automático de Sendai (Japón) fue una de las primeras creaciones que incorporaron sus métodos.
Por eso, al conocer el galardón, el investigador ha agradecido especialmente “el reconocimiento a la lógica difusa, que generó cierta controversia”, al tiempo que ha destacado su admiración por “España y a los españoles. Este premio que llega desde su país me da la oportunidad de dar las gracias a todos los que han hecho posible que yo lo reciba, y quiero citar en concreto a quienes ha promovido mi candidatura: Luis Magdalena y Enric Trillas, del European Centre for Soft Computing de Mieres”.
Actualmente, Lofti Zadeh sigue en activo y ha dedicado los últimos 15 años a lograr un paso más en el acercamiento de las máquinas al comportamiento humano: intentar que los datos y operaciones computacionales puedan transmitirse en lenguaje natural, lo que ha denominado la computación con palabras.
El profesor recibirá el premio, dotado con 400.000 euros, durante la ceremonia de entrega que tendrá lugar en Madrid el próximo 20 de junio.
Pilar Gil Villar