En muchas ocasiones el mundo animal sirve como inspiración a la hora de desarrollar nuevas tecnologías. Hay robots que corren como guepardos, se arrastran como ciempiés o se elevan por el aíre como serpientes voladoras. Ahora un grupo de científicos de Harvard han construido uno que salta como una rana.
El invento en cuestión despega como un cohete y se impulsa gracias a una explosión de butano y oxígeno bajo su cúpula central, alcanzando casi el metro de altura en cada salto.
Pero aquí el gran avance es crear un material capaz de sobrevivir a la caída posterior. Al contrario que los diseños inflexibles, un cuerpo más blando permite al robot absorber el impacto del aterrizaje y, a su vez, permanecer en posición vertical y firme.
Antes de ser usados, estos robots deben poder llevar su fuente de alimentación en la espalda. Para los inventores, este es solo un primer paso de cómo una combinación de materiales duros y blandos, impresos en 3D, pueden dar paso a máquinas más resistentes y que puedan moverse independientemente.
Este modelo podría andar con facilidad por encima de obstáculos en el césped, que serían un desafío para los robots con ruedas. También si forma parte de una misión de búsqueda y se cae a una determinada altura podría solventar fácilmente este problema.
Mirando más hacia el futuro, estos robots podrían ayudar a desarrollar tareas en lugares peligrosos para nosotros o para explorar el espacio. En terreno impredecible, como Marte o la Luna, la resistencia y la movilidad de la máquina sería una gran ventaja.
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Redacción QUO