Habíamos oído hablar de robots de todo tipo. Sexuales, de cocina… Pero jamás habíamos imaginado que fueran a existir robots comestibles. Pues bien, ya son una realidad.
Sus creadores son investigadores del Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza. Y el fruto de su trabajo es un nanorobot gelatinoso que se asemeja a una gominola y que se arrastra como una oruga.
La idea es utilizarlo con fines médicos. Una vez equipado con cámaras, el paciente se lo tragará y así los especialistas podrán observar el interior de su organismo, sin tener que recurrir a las técnicas tradicionales, que son mucho más molestas e invasivas.
Si encima los fabrican de varios sabores, le auguramos un prometedor futuro a este invento.
Fuente: arxiv.org
Vicente Fernández López
Innumerables estrellas habitan en otras galaxias, tan lejanas que observar incluso una sola de ellas…
Las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por Internet con contenidos…
Retirar los antibióticos temporalmente podría restaurar su eficacia contra las bacterias resistentes
El Seat León abre sus puertas a la mecánica híbrida enchufable y lo hace con…
El análisis de casi 2.000 personas que viven en aldeas remotas de Honduras revela quién…
Un nuevo estudio en ratones muestra que machos y hembras tienen patrones de sueño profundamente…