Dicen que las noticias, cuando son malas, hay que decirlas directamente y sin rodeos. Es lo que ha debido pensar la Casa Blanca al atribuir a Corean del Norte el cibertataque con el ransomware Wannacry del pasado mes de mayo. Este programa informático se expandió en pocos minutos por todo el mundo dejando inoperativos cientos de miles de ordenadores de empresas, hospitales, escuelas y particulares de todo el mundo. A pesar de que el virus les pedía un dinero con el que desbloquear el ordenador, muchos pagaron, pero no consiguieron arreglarlo.
Para la Casa Blanca este ataque ha supuesto un coste económico importante, ya no solo a nivel gubernamental sino de los propios ciudadanos y empresas afectadas. Incluso en el Reino Unido, apunta el gobierno de EEUU, llegó a afectar a los principales hospitales “lo que pudo poner en riesgo la salud de los pacientes”.
Tras una investigación profunda, la Casa Blanca no tiene ninguna duda en afirmar que ha sido Corea del Norte el autor de estos ciberataques y que tienen suficientes pruebas para demostrarlo. De hecho, otros países como Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Japón han apoyado esta tesitura. Según apunta el gobierno de EEUU, Microsoft ha detectado que el ataque procede de ordenadores situados en el país norcoreano, algo que ha sido corroborado con otras empresas de seguridad del sector. Por ello, junto a Facebook y otras compañías, han empezado a eliminar cuentas que son usadas por los ciberatacantes
Ahora la idea es acotar ese poder que tiene Corea del Norte, limitarlo para que no pueda actuar sobre los sistemas operativos. Para ello, espera encabezar un plan que haga que el Gobierno estadounidense y las diferentes corporaciones estén más unidas, aumentando la inversión en la lucha contra este tipo de ataques.
Alberto Pascual García