Deconstruir una era que ya ha quedado atrás… Ese es el objetivo que el fotógrafo canadiense Todd McLellam se ha propuesto con su nueva colección, titulada Disassembly. Está compuesta por fotos de objetos cuyo uso ha sido habitual hasta hace poco, pero que han quedado obsoletos con la irrupción de las nuevas tecnologías. Máquinas de escribir, teléfonos de auricular… gadgets que aún nos eran familiares a finales del siglo XX, y que el artista ha diseccionado pieza a pieza, para componer auténticos bodegones tecnológicos.
Antes de tomar cada instantánea, McLellam realiza un auténtico trabajo de cirugía tecnológica. Desarma cada objeto y dispone sus componentes de tal forma que les da una nueva dimensión. “Quería fotografiarlos de una manera diferente, para darle un nuevo sentido a su existencia”, afirma el artista.
Un significado realmente histórico, porque para quien aún conserve alguno de estos objetos, encontrar una pieza de repuesto en el caso de que se estropeen es, en los tiempos que corren, una auténtica proeza.
Desmontar un tranvía
Lo que a McLellam le interesa con este trabajo es despertar la imaginación del espectador para que trate de recrear mentalmente el trabajo que debía llevar ensamblar cada objeto. Además, el artista saca una conclusión muy personal. “Los gadgets de hoy, a causa de los circuitos integrados, constan de muchas menos piezas que los objetos de hace unos años”, explica. “Y en mi opinión, los de ahora pierden en la comparación, ya que antes todo duraba más tiempo”.
De cara al futuro, Todd McLellam se ha impuesto a sí mismo el reto de desmontar pieza por pieza un tranvía y un avión Piper de 1960. Pero mientras llega ese momento, surge una pregunta: ¿podría el artista volver a unir todas y cada una de las piezas de los artículos para recomponerlos? “Con toda sinceridad… no”, reconoce McLellam con una sonrisa. “Soy muy bueno deconstruyendo. Pero lo contrario es tarea para un artista de verdad”. Pues eso, que el teléfono y la cámara se quedaron tal y como están.