Últimamente ocurre un fenómeno muy llamativo: los fantasmas cada vez buscan mayor popularidad. Así, los investigadores de lo paranormal, por ejemplo Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire, reciben ingentes cantidades de imágenes de supuestos entes de ultratumba. Y la explicación más lógica es también la más simple: las apariciones aumentan porque también lo hace el número de cámaras. Pero no hay problema, porque todas las fotografías en las cuales aparece un supuesto fantasma siempre tienen una explicación racional: los espectros no existen.
Ciencia contra fraude
Es verdad que hay ocasiones en las cuales el cerebro nos hace ver cosas que no están. Y que algunas imágenes producen efectos extraños, aunque explicables.
Pero también es cierto que hay quienes se sirven de la tecnología para vender lo imposible: muchos cazafantasmas usan una aplicación para iPhone, Ghost Cam, que introduce espectros en tus imágenes. El próximo paso será un WhatsApp para espíritus.
¿Por qué los fantasmas nunca aparecen en experimentos controlados?
La mayoría de las imágenes en las que se supone que hay un fantasma tienen una explicación muy simple que desbarata cualquier teoría esotérica. Este caso es una de ellas. Si miras con atención la imagen del supuesto fantasma que se está cogiendo el pie, te darás cuenta de que su reflejo en el río es perfectamente identificable. Un cuerpo etéreo y translúcido no proyectaría ningún tipo de sombra. Aquí han intentado dar gato por liebre. Y no cuela.
Chris Brown, un fotógrafo aficionado, tomó esta imagen en una playa desierta de Inglaterra. El autor jura y perjura que no había nadie allí, excepto él… y una borrosa figura con una cazadora y una capucha. Y es verdad: la playa está completamente desierta de no ser por el hombre de gorro azul. Lo que parece una figura mirando el mar con la capucha puesta no es más que nuestro cerebro, que nos engaña haciéndonos creer que la cueva en la roca y su reflejo en el mar son una figura humana. Lo sentimos.
Esta imagen fue tomada en 2008, en el castillo escocés Tantallon. En una de las ventanas aparece una figura. La fotografía fue tomada por un turista, Christopher Aitchison, quien asegura que no había ningún guía u otro visitante en la zona. ¿Será cierto? Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire y experto en desentrañar este tipo de misterios, asegura que aún no hay una explicación. Tres analistas independientes confirmaron que no hay trucos de Photoshop.
En los tiempos anteriores a la fotografía digital (y esta imagen claramente data de aquellos años) era habitual que se diera un efecto que hacía aparecer fantasmas por arte de birlibirloque. Pero solo se trataba de un fallo técnico: cuando el carrete avanzaba para que pudiéramos sacar la siguiente foto, a veces no lo hacía correctamente y parte del negativo anterior se imprimía también en el siguiente de forma borrosa. En este caso, eso es lo que ocurrió.
El fotógrafo aficionado Mathieu Fur, tomó esta imagen de noche (obviamente) y sin ningún tipo de luz. A menudo, una exposición muy larga puede causar que los objetos o personas en movimiento aparezcan borrosos. También se puede deber a una superposición de imágenes: en la foto anterior sí aparece una persona y, de algún modo, la memoria de la cámara ha superpuesto los archivos y los ha combinado para provocar este efecto espectral.
Observa atentamente la foto. ¿Qué puedes deducir de ella? Está claro que es de noche: las farolas están encendidas, la luz natural es muy baja y… lo más importante: se hizo sin flash. Cuando se prescinde de luz artificial, las cámaras, sobre todo las automáticas, dejan abierto el obturador más tiempo (la velocidad de la foto) o utilizan una mayor apertura de diafragma, para que entre más luz. Al tener una velocidad lenta, la cámara podrá recoger más luz, pero no podrá congelar a una persona que se esté moviendo. Eso es el “fantasma” que aparece borroso: solo una persona que no fue “congelada” mientras se acercaba.
Te has fijado alguna vez en que todas las fotografías donde aparecen formas borrosas, como hechas de humo, fueron tomadas de noche y con flash? Esto se debe principalmente a un efecto meteorológico. Cuando la temperatura comienza a descender al caer la noche, el aire suspendido está a menor temperatura que la tierra. Al mismo tiempo que el aire enfría la superficie, el calor que escapa lo hace en forma de pequeñas nubes. Esto es invisible a nuestros ojos, por ser de noche, pero el flash lo capta y lo congela, y así surgen pequeñas volutas de aire caliente con formas extrañas.
Se vende coche. Incluye espectro
Guillermo Sosa asegura que tomó esta imagen porque intentaba vender su viejo vehículo. Lo que ocurrió fue que los potenciales clientes no huían porque escucharan el precio, sino al ver que en el espejo lateral había una cabeza que los miraba fijamente. Analizando la imagen, hay dos posibilidades, y ambas las puedes recrear en tu casa para conseguir efectos similares. Adulterar la imagen con un software o, más elaborado, pídele a algún amigo que se siente en tu coche, ligeramente inclinado hacia abajo. De este modo puede que tú no le veas desde detrás, pero el espejo sí.
Conocidas popularmente como orbs, porque parecen un orbe o esfera, estas presencias flotantes tienen una explicación muy simple que nada tienen que ver con rastros de energía o auras. Su presencia se observa casi siempre en imágenes tomadas con flash. Lo que ocurre es que las cámaras, en general, no están diseñadas para enfocar objetos que estén demasiado cerca. Por eso, insectos o motas de polvo, iluminadas por el flash, aparecen como borrosas presencias.
Otro trabajo para tu mente deductiva. Observa atentamente esta imagen. Parece que hubieran utilizado flash, ¿no es cierto? Está tomada en interiores y la iluminación es buena. Pues tienes razón, pero no es un flash, sino una lámpara: la luz es uniforme y llega a iluminar el fondo del salón. Por lo tanto, la foto fue tomada con una velocidad lenta que no logró congelar al hombre que está utilizando el apoyabrazos para saltar por encima… algo que, claramente, no necesitan los fantasmas.
Existe un fenómeno, conocido como pareidolia, que hace que un estímulo visual muy impreciso, como una sombra, lo veamos como una forma reconocible. Y además, es que nuestro cerebro está diseñado para reconocer caras. Si unimos ambos hechos, no resulta extraño que una mancha difusa en una tostada se transforme en el rostro de la Virgen María o que un poco de humedad revele figuras humanas en una pared. Es verdad que parece un rostro, pero también podría ser el hombro y el brazo de una persona fotografiada de lado.
Diseña tu propio espectro
La aplicación Ghost Cam te permite alterar una imagen para que en ella aparezca un fantasma. Tiene diferentes parámetros: índice de “borrosidad”, cantidad de fantasmas, tamaño y área donde deben estar. Una herramienta para reírte en modo paranormal.