Es un fulgor amarillento que aparece en el cielo oriental unas dos horas antes de que amanezca de verdad. Es fruto del polvo cósmico procedente de cometas (silicatos) y otros cuerpos resultantes del nacimiento del Sistema Solar. La luz del sol se refleja en estos corpúsculos, pero lo que generan es una luz espectral de forma cónica.

Da una sensación como de resplandor de una ciudad al otro lado de la montaña, pero es difícil de ver porque exige una alineación muy concreta del Astro Rey y porque cualquier otra luz (la Luna, o un simple pueblo) impide que se aprecie bien.

Redacción QUO