Se trata los drones especialmente pensados para seguirnos y captar cada paso que demos. El precursor de esta moda es Lilly, un dron equipado con una cámara al estilo GoPro (12 Mpx, 1080p y 60 fps) que sigue a su usuario con un rastreador GPS en la muñeca, gracias al cual detecta todos sus movimientos. Además de no perderse nada de lo que hagas, se acercará o alejará según el momento y la actividad que estés realizando.
Para activarlo solo hay que lanzarlo al aire, y para pedirle que aterrice, pulsar un botón en la pulsera de control. Fabricado por Lilly Robotics, no estará a la venta hasta febrero de 2016, pero ya puedes encargarlo en lily.camera desde 475 €. Hasta entonces, hay algunos modelos en el mercado que, aunque no están pensados para eso como el Lilly, pueden permitirnos hacernos selfies aéreos. Más de andar por casa es el Parrot Bebop (parrot.com, 499 €) y otro, algo más profesional, el Phantom 3 (dji.com, 1.099 €).
DATOS:
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