El diario La Voz de Santiago, en su edición digital, mostraba en un vídeo cómo la televisión autonómica gallega manejaba un drone con una cámara instalada para tratar de alcanzar la ventana de los juzgados compostelanos donde se encontraba Rosario Porto, madre de la desaparecida niña Asunta. La idea era grabarla con ese cuadricóptero vestida con la toga de abogado, ya que ella misma ejercerá de letrada en su propia defensa.

Lo cierto es que la práctica se está generalizando en el mundo del periodismo y las retransmisiones deportivas porque estos UAV (aviones no tripulados, por sus siglas en inglés) comienzan a ser asequibles y de fácil manejo. De hecho, el uso que da a los drones mayoría de los ejércitos modernos –el español incluido, que está terminando su modelo Milano– es el de captar imágenes de zonas de operaciones, más que el de atacar. Con esas imágenes, por ejemplo, se ayuda a los efectivos a posicionarse, se evitan peligros químicos y se ayuda a afinar la puntería de la artillería, vía satélite.

El modelo más extendido (aunque no es el de TVG) es el Parrot AR Drone, que permte grabar y compartir vídeos en alta definición. Lo mejor es que se maneja con una aplicación que se instala en cualquier smartphone con sistema operativo iOS (Mac) o Android. Otro modelo extendido por India u otros países asiáticos es el cuadrocóptero DJI Phantom, que también se vende en España por 750 euros. La mayoría son capaces de volar entre 20 y 30 minutos sin recargar, y vuelan a unos 6 metros por segundo.

La propia radiotelevisión pública británica, BBC, ha comenzado a utilizar drones en octubre pasado para cubrir algunos eventos y noticias. Algunos técnicos de la cadena han tenido que sacarse licencias especiales para pilotar hexacópteros provistos de cámara.

El uso cada vez más intensivo de drones en EEUU –recordemos también los planes de Amazon de entregar libros a domicilio mediante este sistema– han hecho que la autoridad aérea del país haya determinado desde noviembre algunos campos de pruebas para fabricantes y usuarios, a fin de controlar las pruebas de homologación.

Por otra parte, el Congreso de EEUU está estudiando medidas no ya técnicas sino legales para limitar el uso de estos UAV, por si pudieran lesionar el derecho a la intimidad de las personas que graban y sus propiedades. Algunos medios locales de diversas partes del país están cubriendo accidentes de tráfico, rescates en montaña, fuegos y otras catástrofes con aparatos similares, y sin riesgo para los reporteros.

También la publicidad y el cine comienzan a servirse de las facilidades de incluir cámaras en drones de corto alcance, que ya admiten cargar con equipos ligeros.

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Los eventos deportivos son uno de los grandes objetivos inmediatos de la industria televisiva, ya que la espectacularidad de los planos zenitales es mayor, y el ahorro en medios como helicóptero o cámaras colocadas en complejas tirolinas sobre los estadios son soluciones más caras y complicadas de montar.

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La última idea televisiva ha sido incluir un espectáculo de disparÓ durante el descanso de la Super Bowl, la gran final de la Liga de Fútbol Americano, en EEUU. La CIA (has leído bien) va a colocar sobre el césped varios objetivos pequeños para que un modelo Predator los destruya allí mismo. Es el mismo que se usa en Afganistán, y se trata en parte de acabar con la mala fama de sus errores en el ataque, ya que han causado víctimas civiles por errores de cálculo.

Redacción QUO