Un experimento de RVI muestra a los participantes que están acariciando sus cuerpos virtuales. Al mismo tiempo también les acarician sus propios cuerpos. Lo sorprendente es que sus sensaciones eran mayores en el cuerpo virtual que en el cuerpo real. Y no, esto no es un nuevo capítulo de Black Mirror
Los experimentos utilizando Full Body Illusion (ilusión de cuerpo completo) son cada vez más sorprendentes. Consisten en sumergirte en una realidad virtual en la que todo tu cuerpo está representado. Hay un cierto nivel del cerebro que no distingue entre realidad y realidad virtual y cree que tu cuerpo es el que estás viendo a través de unas gafas de RVI.
Esta tecnología se emplea ya para numerosas terapias, como los trastornos alimenticios severos. Una interesante investigación mostró sus beneficios para tratar a personas racistas haciéndoles sentir que ellos mismos eran de otra raza. Colocándoles virtualmente en un cuerpo distinto.
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Todos estos trabajos tienen como punto de partida la conocida ilusión de la mano de goma. Esta ilusión, descubierta por Matthew Botvinick, consistía en acariciar una mano de goma visible, colocada delante del sujeto, mientras se ocultaba la suya, de tal manera que parecía que la mano de goma era la autentica.
Lo impresionante del experimento es que cuando acaricias la mano real, el sujeto siente que le están tocando la mano de goma, que es la que está viendo.
Este experimento se ha ido ampliando, y se ha observado que incluso cuando se les pedía que utilizaran la mano derecha para señalar su mano izquierda, en vez de señalar la real (que estaba oculta) señalaban la mano de goma.
En una de las muchas variaciones, tras tocar con el pincel ambas manos, el experimentador cogía un martillo y golpeaba la mano de goma. Automáticamente, los voluntarios retiraban la mano real con un auténtico grito de dolor.
Hay algo importante para que esta técnica funcione, y es que para realmente creer que ese cuerpo es el tuyo, la ilusión requiere estímulos visuales y táctiles al mismo tiempo. Con una mano es fácil, pero para que sientas como tuyo todo un cuerpo virtual, la cosa se complica.
En 2010 lo lograron cuando fue posible seguir los movimientos del cuerpo del sujeto a nivel de micro-detalle y luego reproducirlos en el cuerpo virtual (foto superior). Y lo impresionante es que da igual la forma de ese cuerpo, incluso, llegas a creer que el tuyo es un cuerpo de araña.
Los humanos prefieren ser murciélagos antes que arañas
En una investigación llevada a cabo en la Cornell University, utilizaron tres tipos de cuerpos virtuales: un animal de cuatro patas en forma de tigre, un animal volador en forma de murciélago y un insecto con un exoesqueleto completamente diferente en forma de araña.
El objetivo consistía en explorar los límites de la sensación de poseer otro cuerpo extraño.
Sometieron a la ilusión a 37 voluntarios. Los investigadores registraron los movimientos del cuerpo de cada participante de forma precisa y los aplicaron al cuerpo virtual.
Los resultados son muy interesantes. Krekhov y sus colegas aseguran que a los humanos les resulta fácil sentir que su cuerpo es el de una araña, e incluso experimentar la sensación de volar de un murciélago.
Sentir las caricias en un cuerpo que no es el tuyo
La posibilidad de sentir un cuerpo que no es el tuyo también ha avanzado en cuanto al tipo de experimentos que se realizan. En esta ocasión, el experimento consistía en que los participantes ven un cuerpo virtual a distancia siendo acariciado, mientras reciben caricias táctiles sincrónicas en su cuerpo físico. Y lo sorprendente es que las caricias que siente son las que está recibiendo el cuerpo virtual y no el real.
Esta tecnología tiene un amplio desarrollo tanto para terapias como en la industria de los videojuegos. Así que seguiremos sabiendo de ellas.