Hacer ejercicio mientras te trasladas, o disfrutar de un lujoso salón privado, esta es la visión de Citroën con sus prototipos para el transporte urbano del futuro
Según el Banco Mundial, dos tercios de la humanidad vivirá en ciudades en 2050. El transporte es un requisito esencial en la vida diaria de las ciudades, y también uno de sus mayores inconvenientes, con los atascos y la contaminación convirtiéndose en el precio que hay que pagar por vivir en un centro urbano.
Urban Collëctif es una nueva asociación entre el fabricante de automóviles Citroën, la cadena hotelera Accor y la empresa de publicidad exterior y mobiliario urbano JCDecaux, tres empresas francesas con presencia en numerosas ciudades del mundo y en la vida de sus habitantes. No es extraño por tanto que se hayan puesto de acuerdo para imaginar la movilidad del futuro en las ciudades. Citroën presentó este mismo año su Ami, un vehículo eléctrico urbano accesible desde los 14 años.
En lugar de diseñar vehículos diferentes, Urban Collëctif propone una solución flexible: una plataforma robotizada autónoma llamada Citroën Skate, encima de la cual se pueden montar distintas «cápsulas» con varios propósitos: desde un salón rodante para transportar a los huéspedes de los hoteles con elegancia hasta un gimnasio móvil en el que entrenar antes (o esperamos que después) de la reunión.
El Citroën Skate parece un enorme monopatín, con cuatro espectaculares ruedas esféricas diseñadas por Goodyear que pueden girar en cualquier dirección, impulsadas por seis motores eléctricos en su carcasa. La plataforma contiene baterías y sensores de radar y lidar que le permiten navegar por las calles. Con unas dimensiones de 2,6 metros de largo por 1,6 metros de ancho y poco más de medio metro de alto, el Citroen Skate puede alcanzar una velocidad máxima de 16 mph.
La idea es que el Skate sea capaz de dirigirse por sí solo a un punto de recarga, y después volver al trabajo para transportar una de las posibles cápsulas. Este sistema de componentes separados y flexibles abriría la puerta para que la plataforma y la cápsula fueran operadas por empresas diferentes.
La hotelera Accor ha propuesto dos ideas de cápsulas: la primera se llama Sofitel En Voyage, con el nombre de su cadena de hoteles, y es un lujoso salón tapizado en rojo donde hasta tres pasajeros y su equipaje pueden desplazarse mientras degustan una copa de champagne. En su interior hay cargadores de inducción, una pantalla que muestra las noticias y el tiempo, un bar con bebidas y tentempiés, y todo lo necesario para hacer videollamadas, hacer una reserva para el spa o entradas para la ópera.
También está el Pullman Power Fitness pod, un gimnasio sobre ruedas equipado con una máquina de remo y una bicicleta estática ingeniosamente colocadas con un asiento reversible en el centro. Esto permitiría aprovechar el tiempo del desplazamiento para ponerse en forma, y no terminar sintiendo que el atasco ha sido una pérdida de tiempo. Está equipada con dos pantallas y un entrenador personal virtual.
Por su parte, JCDecaux ha diseñado la cápsula City Provider, una mezcla de marquesina y pequeño autobús, diseñada para hacer rutas turísticas por las ciudades de forma automatizada. Con una gran pantalla interactiva que puede dar información sobre el recorrido, puede transportar hasta cinco personas con acceso para sillas de ruedas y carritos de bebé. Su techo vegetal refuerza la idea de que se trata de mobiliario urbano, pero en este caso móvil.
«Sería un sueño que la gente saliera de una de estas cápsulas pensando ¿ya hemos llegado? ¡qué pena!», dice Anne Laliron, vice Presidenta de Productos Futuros de Citroën que ha liderado el proyecto.