Cada vez es más habitual la presencia de murciélagos en las zonas rurales y barrios urbanos merodeando los edificios. En una sola noche pueden llegar a comer más de un kilogramo de insectos durante el verano. Son uno de los pilares de la biodiversidad y principales indicadores en el equilibrio de nuestro ecosistema, sin embargo, se han convertido en la principal causa de muerte por rabia humana. La situación se agrava por la falta de conocimiento del riesgo de contraer esta enfermedad o la dificultad para identificar las mordeduras y los arañazos.

Según un nuevo informe de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de la Enfermedad), en Estados Unidos, los murciélagos y otros animales salvajes son la causa principal de la rabia. Cada año, la rabia causa aproximadamente 59.000 muertes en todo el mundo. Hasta 1960, los perros eran la causa, sin embargo, cada vez más, las especies de vida silvestre (por ejemplo, murciélagos y mapaches) son los principales transmisores. El estudio analiza las muertes por rabia humana y los riesgos actuales de rabia en EEUU. Entre 1960 y 2018, se registraron un total de 125 casos. El 70% de las infecciones adquiridas en el propio país fueron causada por murciélagos. El año pasado unas 55.000 personas buscaron tratamiento profiláctico después del contacto con un animal potencialmente peligroso. Sus autores destacan la importancia de conocer el riesgo de rabia en la vida silvestre, sobre todo los murciélagos, y la necesidad de una administración oportuna de protección para prevenir la muerte en caso de ataque.

Emily G. Pieracci, veterinaria epidemióloga y coautora de este trabajo, recuerda, además, que la rabia canina sigue presente en muchos países. “Se necesita una mayor conciencia de la rabia cuando se viaja al extranjero. Vacunar a las mascotas, evitar el contacto con la vida silvestre y buscar atención médica si un animal es mordido o arañado es la manera más efectiva de prevenir la rabia. Comprender la necesidad de una administración oportuna de PEP para prevenir la muerte es fundamental”.

El virus de la rabia que infecta a los mamíferos se transmite a través de la saliva, casi siempre por mordedura o por un rasguño de un animal infectado. En EEUU hay varias variantes o cepas del virus que circulan en reservorios de animales, incluidos mapaches, zorrillos, zorros y murciélagos. Independientemente de la variante o el reservorio animal, es mortal en más del 99% de los casos. No hay tratamiento una vez que comienzan los signos o síntomas de la enfermedad. Solo es eficaz la administración de profilaxis inmediatamente después de la exposición (PEP). Consiste en la vacuna contra la rabia y la aplicación de inmunoglobulina.

La eliminación de la variante del virus de la rabia canina (CRVV) es uno de los éxitos de salud pública más importantes del siglo XX. Sin embargo, no ha evitado que, a nivel mundial, aproximadamente 59.000 personas sigan muriendo de rabia cada año.

Marian Benito