Si una persona se infecta con la ameba comecerebros puede morir en menos de una semana. Se trata de un parásito realmente peligroso que acaba con el tejido cerebral de quien la contrae en pocos días. De hecho, solo un 3% de casos logra sobrevivir. Entre quienes fallecieron, se encuentra un familiar de uno de los científicos que ha desarrollado un método para que los medicamentos que se usan para acabar con estas amebas sean lo más eficaces posibles. Esta fatalidad en su vida hizo que se esforzara más por conseguir una solución y la ha encontrado en las nanopartículas de plata.
Ayaz Anwar trabaja como biólogo en la Universidad de Sunway City, en Malasia, y junto a su equipo se dio cuenta de la alta mortalidad que provoca este parásito. Por ello, quisieron comprobar cuál era el principal problema. Cuando alguien contrae la enfermedad, se le inyecta un cocktail de medicamentos con la idea de que alguno pueda acabar con la infección lo antes posible, pero muchas de estas drogas que entran en el torrente sanguíneo acaban desvaneciéndose e incluso no llegan a poder entrar en el cerebro, lugar donde está el foco del problema: «Solo una pequeña cantidad del fármaco puede llegar al objetivo, el resto se queda flotando en el cuerpo. Así que decidimos usar nanopartículas, como si fueran un servicio de mensajería», apunta Anwar.
Apostaron por las nanopartículas de plata, las cuales demostraron una gran eficacia en llevar los medicamentos hasta el objetivo. Estas tienen una millonésima parte del tamaño de una bola de béisbol y a ellas se adhieren con facilidad los fármacos (como si fueran espaguetis pegados a una albóndiga, en un plato de pasta). Gracias a esto, no acaban perdidos y llegan hasta la infección, donde actúan contra las amebas.
Por otro lado, el equipo ha descubierto que los medicamentos antiepilépticos son los mejores para poder atacar a estos parásitos, por lo que creen que una combinación de ambos dará buenos resultados en un futuro. Por el momento, las primeras pruebas han sido realizadas en laboratorio y es necesario avanzar en un cuerpo vivo que permita valorar al 100% la eficacia del proceso.
Fuente: Science News For Students
Alberto Pascual García