Tirar las heces de nuestros gatos por el retrete puede tener terribles consecuencias medio ambientales. Así lo revelan los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Montreal, que ha revelado que muchas ballenas están infectadas con un parásito que se transmite principalmente a través de los excrementos de estos felinos.
Los investigadores analizaron los restos de 34 ballenas que aparecieron muertas en las costas canadienses y detectaron en las muestras de catorce de ellas la presencia del Toxoplasma gondii, el parásito que causa la toxoplasmosis.
Tal y como explican los autores del estudio, el hallazgo no prueba que fuera el parásito lo que causó la muerte de los cetáceos, pero es una evidencia más de que están aumentando los casos de animales marinos infectados de toxoplasmosis, especialmente entre las especies que viven cerca de las costas.
Tal y como reveló en 2013 un estudio realizado por la Universidad de Chicago, la incidencia de este parásito era altísima entre la población de nutrias californianas que viven cerca de las desembocaduras de los ríos, y también entre los delfines que se acercan a las costas. Según dicho informe, el contagio se producía por dos vías distintas. Por las heces de gatos que algunos propietarios arrojan por el cuarto de baño y por los restos de excrementos de felinos que son arrastrados por el agua de lluvia hacia alcantarillas y también a arroyos que van a desembocar al mar.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López