Probablemente, el caso en que más alto pueda ascender es el que se vivió en el actual fiordo de Taan, en Alaska, en 2015. Al pasar un gran volumen de agua por un espacio relativamente estrecho, la masa informe, atrapada por las laderas, subió hacia el cielo. En el tsunami que se produjo en este fiordo, que es el más grande documentado en los últimos cien años y que fue el producto del corrimiento de 180 millones de toneladas de hielo, el agua subió hasta los 193 metros. Para poner la cifra en un contexto comprensible, basta decir que habría cubierto hasta la estatua más grande el mundo.
Redacción QUO