Esta pasada semana un vídeo captaba la atención de muchos seguidores de nuestra revista: un bosque parecía respirar en el municipio de Sacré-Coeur, en la región canadiense de Quebec. No era la primera vez que veíamos este efecto, pero en esta ocasión la imagen era tan evidente que muchos usuarios se preguntaban a qué se debía este fenómeno. Nos lo hizo llegar nuestra meteoróloga Mar Gómez, quien apuntaba sabiamente que el viento estaba detrás de este fenómeno:

A través de la web Weather Network hemos sabido la razón que había detrás, con la ayuda del experto arborista de Ontario, Mark Vanderwouw: «Durante una jornada de lluvia y fuertes vientos, la unión de las raíces de los árboles al suelo se afloja poco a poco a medida que las ráfagas pegan contra su copa. El viento trata de empujarlos, esa fuerza se transmite a las raíces y el suelo comienza a levantarse. Si las rachas son más potentes, las raíces acabarían rompiéndose y el árbol se derrumbaría».

Así que, para no correr peligro. En momentos así, mejor no os acerquéis mucho a los árboles cercanos, porque en cualquier momento podrían llegar a caerse.

Alberto Pascual García