Según el informe de Lancet Global Burden of Disease 2017, el EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) ya se ha convertido en la segunda causa de muerte en todo el mundo (después de la cardiopatía isquémica, ocasionada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias, es decir, las encargadas de proporcionar sangre al músculo cardíaco o miocardio).
Los expertos aseguran que, en muchos casos, la enfermedad de EPOC está infravalorada en las estadísticas, ya que no es causa principal o visible de un fallecimiento, puesto que hay complicaciones y concurrencia con otras enfermedades (diabetes, cardiovascular, etc.). “Los pacientes con EPOC no mueren de EPOC, suelen morir de otras muchas complicaciones”, asegura el neumólogo Javier Palicio, presidente de Fenaer (Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias).
El número de afectados en España se acerca a los 3 millones de personas
En España se estima que entre 2 y 3 millones de personas cumplen criterios de EPOC, y es la cuarta causa de mortalidad, tras la cardiopatía isquémica, el Alzheimer y la enfermedad cerebro vascular. Además, según el estudio (EPISCAN I), el 70 % de la población que cumple criterios de la enfermedad no está diagnosticada.
“Esto sucede porque los pacientes que tienen signos de la afección (como tos, expectoración, algo de fatiga o dificultad para respirar), no lo consultan al médico porque consideran que es algo propio de la edad, del tabaco, etc. Sólo se diagnostican los Epoc graves, porque los leves y los moderados son casos que no terminan en la consulta del médico”, aclara Javier Palicio.
EPOC: sus causas y sus síntomas
Tos, expectoración, disnea leve, moderada o grave. La dificultad está en distinguir entre una tos de un fumador y una tos provocada por EPOC. ”La tos del fumador es siempre patológica, es un mecanismo de defensa del organismo ante una agresión. El EPOC es la consecuencia de la agresión de inhalar gases tóxicos.
¿Cuáles son las principales causas de EPOC? El humo del tabaco (en un 80%, la contaminación (sobre todo en el ámbito profesional, desempeñando tareas como soldadores, agentes de tráfico en ciudades con mucha contaminación, mineros, etc.).
Pero la enfermedad no solo puede tener que ver con gases tóxicos en el ámbito laboral, también puede ser provocada por ciertos gases tóxicos que se producen en el hogar (lejía, humo de las cocinas de carbón, etc).
Otro punto importante a tener en cuenta es el tratamiento de las diversas infecciones respiratorias de repetición desde la infancia, ya que pueden producir bronquitis crónica que derive en EPOC con el paso del tiempo.
Espirometría; la clave para su diagnóstico
El diagnóstico temprano es esencial para impedir que la enfermedad pase a una fase grave. Con una prueba tan sencilla como una espirometría, se pueden observar indicios de la enfermedad, que lleven a un estudio más completo.
“Actualmente, no se están realizando el 60% de las espirometrías que deberían hacerse, y la espirometría de scrining es muy sencilla y económica. Mediante un sencillo dispositivo, el paciente realiza dos o tres soplidos. Si no hay signo de la enfermedad, las métricas serán muy similares. Si no es así, hay que incidir para confirmar o no la presencia de la enfermedad”, aclara Palicio.
La espirometría informa de una posible obstrucción del flujo de aire a la hora de soplar. Esta sencilla prueba podría realizarse hoy en día igual que se mide la tensión en una farmacia. Según indica Palicio,“en los ambulatorios y centros de salud hay muchos espirómetros sin usar porque no hay personal específico que haga la prueba. Sería interesante, que al igual que hay un sanitario, enfermera o enfermero específico para la diabetes o la hipertensión, lo hubiera para dedicarse al apartado respiratorio”.
Javier Palicio explica que este personal especializado tendría tres funciones; hacer espirometrías rutinarias, enseñar a utilizar los inhaladores que son la terapia básica de los pacientes con asma y con Epoc, y también ofrece a los pacientes asesoramiento en materia de apnea del sueño (saber cómo colocarse la máscara, por ejemplo) así como otro consejos relativos a la mejora de la calidad de vida respiratoria.
Fuente: Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias
Belén Robles González