La llamada guerra fría nos queda muy lejos en el tiempo. Pero muchos de sus vestigios siguen ahí, como mudos testigos de aquel conflictivo período. Y entre ellos figuran tres grandes búnkeres situados en Polonia. Fueron construidos a finales de los años 60 y, según la versión oficial, se trataba de centros de transmisiones.
Pero, un estudio realizado por arqueólogos del Institute of History and International Relations, ha descubierto que el propósito real era otro: almacenar cabezas nucleares para misiles. Los investigadores han recopilado la escasa documentación relativa a dichos búnkeres, que sobrevivió a la caída de la URSS, y han examinado las imágenes por satélite de dichos lugares tomadas por la CIA durante varias décadas.
Y la conclusión a la que han llegado, es que los tres búnkeres estaban destinados a servir de almacenes para cabezas nucleares de entre 0,5 y 500 kilotones que, en caso de guerra, habrían sido utilizadas en el llamado frente norte, es decir en el área de los países nórdicos.
Eso sí, las mediciones realizadas en las instalaciones no han registrado ningún rastro de radioactividad. Y eso solo significa dos cosas. O que los sistemas de almacenaje soviético eran realmente buenos impidiendo cualquier escape. O que, aunque el propósito inicial fuera almacenar allí armas nucleares, realmente nunca llegaran a depositarse en dicho lugar, y fuesen trasladadas a cualquiera de los numerosos búnkeres similares, que los rusos habían construido en Checoslovaquia y Alemania del este.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López