El 22 de enero de 1879, los zulúes obtuvieron la mayor victoria militar de su historia. Fue en la llamada batalla de Isandhlwana, en la que 20.000 guerreros de dicha tribu atacaron a una columna del ejército británico formada por 1.800 soldados, más 500 voluntarios indígenas. Esta considerada la mayor derrota de un ejército moderno a manos de una fuerza militar nativa.
Los zulúes fueron en dicha batalla muy superiores numéricamente, pero los británicos contaban a su favor con su veteranía y con un mejor armamento, especialmente los rifles Martini Henry, capaces de frenar de un disparo el ataque de un elefante.
Pero las tropas británicas estaban mandadas por oficiales negligentes que, en lugar de agruparlas, las dispersaron por un terreno demasiado extenso, limitando la efectividad de su capacidad de fuego, y haciéndoles vulnerables la eficaz y temible estrategia bélica de los zulúes: la llamada formación de cuernos de búfalo.
Dicha formación consistía en que el cuerpo central del ejército zulú avanzaba hacia el enemigo, mientras el resto, dividido en dos flancos, que se asemejaban a los cuernos de un búfalo, envolvía al enemigo.
El resultado de la sangrienta batalla fue la destrucción total del ejército británico. Murieron más de 1.300 soldados, y hubo centenares de desaparecidos. Por el bando zulú, murieron alrededor de mil guerreros, y otros dos mil resultaron heridos.
Ahora, el rey zulú Goodwill Zwelithini, ha anunciado su intención de construir un museo y un centro de conferencias en el lugar en el que libró aquella cruenta batalla. Actualmente, en el terreno, tan solo hay unos cuantos túmulos funerarios. Y aún siguen apareciendo cadáveres. Unas recientes excavaciones, encontraron una fosa con los restos de once guerreros zulúes, y en 2009 aparecieron los de un sargento británico.
Fuente. The Times.
Vicente Fernández López