La isla de Pascua, cuyo nombre nativo es Rapa Nui, está repleta de misterios. Y uno de ellos de donde conseguían sacar sus habitantes el agua necesaria para sobrevivir. La isla está formada pro roca porosa volcánica, lo que hace que el agua de la lluvia se filtre al subsuelo, motivo por el que no hay ríos ni corrientes. En la isla tan solo hay un par de lagos de difícil acceso y escaso tamaño, y unas pocas fuentes.
Los investigadores han encontrado también restos de antiguas cisternas creadas por los nativos para recolectar agua de lluvia. Pero por su tamaño resulta improbable que este método les sirviera para conseguir la cantidad necesaria de agua para sobrevivir un año entero. ¿Cómo lo hacían entonces? La respuesta la ha encontrado un equipo de la Binghamton University deNueva York, y resulta que la solución al enigma estaba en la orilla del mar.
Los investigadores midieron la salinidad del agua en la costa de la isla, y descubrieron que los niveles de salinidad eran más bajos de lo normal. Lo suficiente para que el consumo de dicha agua no resultase perjudicial para su salud. Pero, ¿cómo era eso posible?
La respuesta estaba en el agua de lluvia filtrada al subsuelo de la isla. Esa corriente subterránea brotaba en varios puntos de la costa, a orillas del mar. Cuando la marea estaba baja, los indígenas podían recolectarla. Y aunque se mezclaba con parte del agua del mar, la fusión de ambas hacía que el nivel de salinidad fuera lo suficientemente bajo como para poder beberla.
Los investigadores han observado también, que los puntos de mayor concentración de moáis se encuentran en las proximidades de esos lugares donde brotaba el agua subterránea.
Vicente Fernández López