Lo último son implantes a base de células, un concentrado de plaquetas y suplementos, que permiten regenerar tejidos y provocan el crecimiento capilar. También hay técnicas con láser que, o bien estimulan el crecimiento, o bien detectan anomalías en el cuero cabelludo, miden el pH y la grasa para, después, aplicar un tratamiento a base de masajes y productos especializados.
Redacción QUO