El elemento que se pone en su contra es su aspecto. La piel pardeada del plátano y su menor tamaño tienen poco que hacer frente a la lustrosa altivez de la banana. Tampoco podemos añadir al grupo de sus ventajas el hecho de que aporte 90 Kcal por cada 100 gramos. Pero para consuelo de sus seguidores, hay que aclarar que esta inyección de calorías se suma después de haberle quitado la piel. Un plátano, sin cáscara, pesa alrededor de 90 gramos, mientras que una manzana, con su posicionamiento y su fama de fruta ligera apta para todo tipo de dietas y sus 52 Kcal/100 g, unos 160 gramos. En otras palabras, las calorías por pieza son prácticamente las mismas en los dos casos, pero con la diferencia de que el producto canario tiene cuatro veces más de proteínas, cinco más de vitamina A y de hierro, dos más de carbohidratos y tres más de fósforo. Así que, en caso de duda, no hay más que acordarse de aquello de “oro parece, plátano es”.
Cómo diferenciarlos
El plátano es pequeño, curvo y amarillo, pero lo más importante del plátano es que es más nutritivo que la banana.
El plátano pesa 135,5 gr y la banana 237,7 gr.
El plátano mide 15,7 cm y la banana 20,5 cm.
El plátano tiene un diámetro de 38 mm. y la banana de 39 mm.
El plátano tiene forma curva y la banana recta.
Redacción QUO