Cuando un virus, hongo o bacteria infecta una planta pasa un tiempo hasta que sus estragos se hacen visibles al ojo humano. Mientras tanto, el organismo atacado ya ha empezado a reaccionar con medidas defensivas que sí pueden apreciarse en otras longitudes de onda. Y así es como las ha descubierto un grupo de investigadores del CSIC.
En un trabajo publicado en la revista Photochemistry and Photobiology explican que, si se fotografían las plantas con filtros que pongan de manifiesto su fluorescencia en varias longitudes de onda (roja, verde y azul), pueden detectarse sus afecciones mucho antes que a simple vista. El nuevo sistema puede aplicarse al plano microscópico, pero también a la vigilancia por satélite de grandes cultivos. Gracias a él se podrán adelantar los tratamientos y se evitarán pérdidas multimillonarias en la agricultura.
Pilar Gil Villar