Aunque muchos nos hemos acostumbrado a soportar los baches aéreos, las llamadas CAT o turbulencias de aire claro, producen muchos heridos al año en todo el mundo. Hasta el momento existían sistemas, como el Turbulence Prediction and Warming System, que gracias a un radar Doppler y tras interpretar los datos de humedad en el aire, predice la turbulencia con tiempo suficiente, para que la tripulación avise a los pasajeros de que se abrochen el cinturón y reducir así los posibles accidentes.
Sin embargo, el nuevo software desarrollado por expertos de la Universidad de Georgia permite, además, avisar a los pilotos de cómo evitar una turbulencia, analizando su origen, evolución y características. “Se trata de un modelo matemático, que traslada la teoría a los números que describen las ondas gravitarorias. Y estos números se convierten después en un algoritmo, que predice cómo se comportará la energía cinética asociada a una turbulencia”, asegura John Knox, uno de los creadores de este sistema.
Según estos expertos, lo aviones comerciales sufren turbulencias 5.000 veces al año y en la mayoría de los casos, se producen a 10.000 pies de altura. Con este nuevo método los pilotos tendrán una buena herramienta para evitarlas, sobre todo las que no están asociadas con tormentas o nubes, es decir, las más imprevisibles hasta ahora.
Redacción QUO