Hace apenas unos días que la sonda Phoenix de la NASA encontraba la primera muestra de agua marciana. El ansiado descubrimiento disparó las esperanzas de convertir en realidad la primera visita de los humanos al planeta que más ficciones ha inspirado por estos lares. Y, mientras se alimentan esas esperanzas, algunos ya han decidido ir mucho más allá en las previsiones de futuro.
La empresa 4Frontiers Corporation acaba de anunciar un proyecto para estudiar algo tan detallado como los materiales más adecuados para consturir invernaderos sobre el suelo rojizo. Factores como la radiación ultravioleta, la gravedad y los gases atmosféricos de Marte son muy distintos a los de la Tierra. Teniéndolos en cuenta, los investigadores pretenden encontrar la mejor combinación de elementos químicos para «permitir la máxima transmisión de radiación fotosintéticamente activa (PAR), con una mínima masa del material y la mayor longevidad posible», según el vicepresidente de 4Frontiers, Joseph E. Palaia.
Durante el desarrollo del proyecto, un grupo de estudiantes de la Universidad de Florida en Gainesville (EEUU) elaborará una serie de cámaras con diversos materiales. Cuando hayan superado una serie de pruebas, esos invernaderos en miniatura serán introducidos en la cámara medio ambiental del Centro Espacial Kennedy de la NASA, en la que serán sometidas a las condiciones marcianas de temperatura, presión y luz solar.
Eso sí, para concocer el color de los tomates espaciales que pudieran crecer algún día en ellos aún habrá que esperar un poco.
Pilar Gil Villar