Se llama hidroxicobalamina y es el primer antídoto contra el envenenamiento por cianuro, cuya inhalación provoca el 82% de las muertes en incendios. La cantidad de tóxico en el humo es cada vez mayor por el incremento de nuevos materiales como el poliuretano, que al quemarse producen cianuro. También es una de las sustancias más peligrosas, porque afecta a funciones vitales como el transporte de oxígeno a las células. Tras su inhalación pasa a la sangre, y desde allí llega rápidamente al cerebro, al corazón y a otros órganos. Por eso, cuanto antes se aplique el antídoto, más posibilidades de supervivencia tendrá el intoxicado. La hidroxicobalamina consigue que el tóxico que circula por la sangre se elimine a través de la orina.
Redacción QUO