No llegará a las listas de Reyes Magos del año próximo, pero puede alcanzar la fama como uno de los primeros pasos hacia la fabricación de órganos humanos para transplantes. De hecho, esa es la línea de investigación que siguen Shoji Takeuchi y su equipo, del Instituto de Ciencia Industrial de Tokio.
La pequeña criatura da validez a un nuevo método para construir estructuras vivas en tres dimensiones. En este caso, los científicos crearon 100.000 bolas de colágeno, de 0.1 milímetros de diámetro y recubiertas con varias células de piel cada una. Las colocaron en un molde en forma de minipersonaje y lo dejaron allí durante un día. Las células se unieron y formaron un ente con forma humana que sobrevivió en un cultivo de laboratorio durante más de un día.
El próximo paso que se ha propuesto Takeuchi consiste en combinar células de distintos tipos, para que interactúen entre ellas y den lugar a sistemas complejos como los de un organismo vivo.
Pilar Gil Villar