Su corazón, una luz roja bajo su pecho de trapo, se acelera cuando un ser humano nervioso y excitado se acerca a él y le toca repentinamente. Además, sus músculos inertes se tensan, respira con más rapidez y abre los ojos como platos. Sin embargo, si le saludas con voz pausada, le tomas lentamente y le abrazas sus ritmos cardíaco y respiratorio se relentizan, sus párpados caen lentamente y se abandona a tus brazos confiado. Le han bautizado como Heart y sus creadores aseguran que es una marioneta con habilidades robóticas, con la que están explorando la difícil tarea de simular los sentimientos humanos.
Y es que estos robots podrán ser utilizados como asistentes para ancianos y enfermos en el futuro, por lo que es importante que despierten empatía y no rechazo. Los científicos del Laboratorio de Robótica de la Universidad de Bristol (Inglaterra), que se han encargado de su desarrollo tecnológico, han tomado como referencia a los humanoides sociales más avanzados del mundo como Nexi, la última creación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), capaz de interactuar con un ser humano de manera asombrosa.
Pero, ¿cómo conseguir esto? A Heart le han dotado con sensores visuales, auditivos y táctiles que le permiten detectar objetos a distancia. De forma que obtiene una información bastante completa de lo que ocurre a su alrededor y puede actuar en consecuencia. También dispone de motores para mover los párpados, las manos y hacer latir el corazón; además de dos bombas de aire, que controlan un sistema respiratorio simulado que hincha y vacía su pecho como si fuera humano. Su aspecto exterior ha sido diseñado por William Todd Jones, uno de los mejores artesanos de marionetas del mundo. David McGoran, coordinador del proyecto, asegura: “Heart debe tener un aspecto que despierte ternura y otros sentimientos parecidos, para que la interacción con él sea lo más real posible”.
Redacción QUO