La biometría empieza a ser protagonista del automóvil. BMW está desarrollando un sistema que, mediante una cámara de infrarrojos, explora el rostro del conductor cuando toma asiento. Los datos registrados se cotejan con las características faciales almacenadas en una base de datos y automáticamente los controles de confort (asiento, espejos, volante y radio) se adaptan a la persona en cuestión que en ese momento sea el condutor del vehículo.
Redacción QUO