Los últimos sarracenos rebeldes de Mallorca (Medina Mayurka) se dejaron las llaves, y el arqueólogo Mateu Riera y la profesora Helena Kirchner las han descubierto. En concreto, se trata de unas piezas usadas por última vez en marzo de 1230 en un acantilado donde unos veinte mallorquines sarracenos, bereberes de Iraten (Artà), intentaron hacer frente, sin éxito, a la conquista de la isla emprendida por el rey catalán Jaume I.
Según Riera, ese abrigo en la sierra de Artà, cerca de Ferrutx, es de muy difícil acceso y debió ser una aventura permanecer en esas rocas en desnivel, abiertas al viento, a 50 metros de altura en un acantilado. Unos bomberos montañeros del Consell de Mallorca descubrieron el enclave y facilitaron el trabajo de los investigadores.
Además de las llaves, también se han descubiertos restos de cerámica, comidas y fuego y un vertedero de esos restos. La última comida de los cautivos fueron los huesos sin desmembrar de una pierna de conejo.
Redacción QUO