Gracias al Gran Telescopio (VLT) del Observatorio Europeo Austral, los astrónomos han conseguido por primera vez un modelo en 3D de la explosión de una supernova. Se trata de 1987 A, en la Gran Nebulosa de Magallanes, a unos 180.000 años luz de la Tierra.
Al contrario del Sol, que quemará sus días de modo tranquilo y casi en silencio, las estrellas masivas terminan su breve vida con fuegos artificiales a gran escala. La 1987 A, llamada así porque se observó por primera vez en 1987, fue la primer supernova que se pudo observar a simple vista desde 1604, cuando el astrónomo Johannes Kepler describió la explosión de SN 1604 a unos 20.000 años luz.
La cercanía de 1987 A permitió que se analizara con detalle la mecánica de su explosión. Y así se realizaron muchas “primeras observaciones”: la detección de neutrinos causada por la explosión del núcleo interno de la estrella, signos de una explosión asimétrica, observación directa de elementos radiactivos resultantes de la explosión y la detección de material interestelar, entre otras.
Las imágenes obtenidas con el VLT permitieron recrear un modelo en 3D de la explosión que mostró que esta fue mucho más rápida y potente en una dirección. De hecho, el primer material eyectado viajó a una velocidad de 100 millones de kilómetros por hora, 100.000 veces más rápido que un avión comercial…pero sólo una décima parte de la velocidad de la luz.
Juan Scaliter