El supuesto cangrejo avistado en tierras marcianas por el Curiosity ha resultado ser un fraude para los amantes de las conspiraciones de alienígenas. Gracias a Seth Shostak, astrónomo y director del Search for ExtraTerrestrial Intelligence (SETI) hemos conocido la verdad.
Ni es un cangrejo, ni un ser vivo, es un engaño del cerebro. «Se debe a la pareidolia, un fenómeno psicológico por el cual el cerebro engaña a la mente y ven figuras similares en patrones aleatorios», ha explicado Shostak a los medios de comunicación.
Según declaraba, «reconocer un cangrejo en un paisaje plagado de rocas no es más sorprendente ni más significativo que ver una cara guiñando un ojo en un punto y coma seguido de un paréntesis ;)».
Fuente: metro.co.uk
Redacción QUO