Los médicos cada vez son más reacios a la prescripción de antibióticos porque no siempre son los más adecuados para tratar una enfermedad. Existen otras fórmulas para combatir patologías. La pregunta es ¿cuándo es realmente necesario administrarlos? La cautela de los facultativos proviene de que un consumo elevado termina debilitando su acción, con la consiguiente dificultad que ello entraña a la hora de tratar infecciones.
Ahora un sencillo test de sangre permite distinguir entre virus y bacterias. Actúa identificando una específica traza genética que existe en el sistema inmunológico de la personas que padecen infecciones respiratorias.
Cuando hay una enfermedad vírica, el cuerpo reacciona de diferente manera a cuando se trata de una bacteria. Estas diferencias son muy evidentes a nivel orgánico, ya que se produce una respuesta genética que deja una huella que resulta imprescindible en la identificación del agente patógeno culpable, explica Geoffrey S. Ginsburg, director de de Genomic Medicine y profesor de la Duke University School of Medicine.
Redacción QUO