Si los percebes son capaces de adherirse al casco de un barco, también puede hacerlo una casa a la pared de un acantilado”. Tal vez suene a broma, pero ese fue el razonamiento que hicieron los miembros del estudio de arquitectura australiano Modscape cuando se propusieron construir esta espectacular vivienda en la costa de Victoria, frente al Océano Pacífico.
Cinco módulos prefabricados, unidos a la roca con vigas de acero, forman el exoesqueleto de la casa. La parte superior, y por la que se accede, es el garaje, con capacidad para dos vehículos. En la siguiente altura está el vestíbulo, junto a la sala de estar, el comedor y la cocina. Un piso más abajo se encuentra el dormitorio principal, con dos camas y un pequeño aseo. En el nivel dos del edificio hay otra habitación y un baño más amplio. Para terminar, en la planta más próxima al agua se localiza la zona de relax, con una barbacoa y un spa.
Redacción QUO